ABRIL

Las artistas que compartimos en El Espectro son todas madres, o lo han sido, pero la maternidad afectó de diferente forma a su obra. Algunas la hacen protagonista de su creación, otras la reinterpretan y otras se guarecen de ella en su arte.

 

¿Vuestro arte ha cambiado o cambió de alguna forma después de conocer la maternidad? ¿En su propósito, forma, contenido?

Ana Patricia Angulo, artista visual ▼León. Mexico

"En mi caso ha sido todo muy raro. Un año y medio antes de embarazarme empecé a tener problemas y preocupaciones con mis ciclos menstruales, dolores, sangrados y la sensación de que algo no estaba bien. Y a raíz de eso empecé a cambiar el discurso en mis pinturas. En ese tiempo decidí dejar de hacer “cosas bonitas” y comenzar a pintar mis miedos y pesadillas con respecto a ser mujer. De alguna manera empecé a conectar mas con mi propia feminidad. Luego se vino el embarazo y muchas de las cosas que había pintado antes parecían ahora premonitorias de otras cosas más. Desde entonces en mis pinturas personales he estado dedicada a pintar mis sueños y pesadillas de ser mujer. Ahora mismo estoy trabajando en una serie de pinturas que hablan directamente de la “Maternidad Bizarra”. Por otro lado, ya que me ha costado mucho sacar tiempo para esa serie, he estado teniendo que hacer pinturas o dibujos en formatos más pequeños mientras sigo en recuperación de una reciente histerectomía abdominal. Ese tema también ha sido parte de mi trabajo últimamente. He perdido muchos seguidores en el camino y hay quien ha tachado mi trabajo de “asqueroso” pero no me importa. Creo que he ganado muchísimo más desde que decidí dejar las entrañas en el papel."

 

Elia Mervi, ilustradora ▼Castres, Francia

@eliamervi

"Cuando intento resolver el enigma de cómo me removió como artista la maternidad no consigo separar la vida y la muerte. Ambas se entremezclan, el vacío más tremendo y el desbordamiento de amor y duda. Se suele banalizar el nacimiento de un bebé y la recuperación de una madre. Pero no se puede pasar impune por la experiencia de la vida, de parir. Tampoco de la muerte, esa a la que tememos y convertimos en una diosa temible. Después de vivir ambas en el periodo de tres meses simplemente no las puedo separar, se superponen extraña y bellamente cuando recuerdo esos días, las dos me arrasaron con dolor, felicidad y lucidez y removieron mi ser y mi creación. Mi hermano se iba, Olga llegaba ¿No es casi lo mismo? ¿No conecta a las dos cosas la brutalidad? ¿No se juntan en un punto?

Dejaron de interesarme muchísimas cosas, temas que me parecían ridículos, pintar a bellas conocidas y desconocidas, colorear mejillas, hacer versiones de temas mil veces versionados, apenas rozar la superficie. Olga estaba en mis brazos y tenía una transparencia compañera de por vida, eran todas esas cosas que ahora me parecían ridículas todo lo que quería pintar? Me daba náuseas pensarlo. El cambio fue prácticamente radical al principio, más gradual después...me tuve que ir haciendo de nuevo poco a poco, descubrir qué me interesaba realmente. Cambió mi forma de crear para siempre, los temas, los colores, los tiempos...

Han pasado ocho años de aquello y la maternidad no ha dejado de cambiar lo que construyo y en lo que me inspiro. Siempre me decían 'Ah! eres ilustradora, vas a poder hacer cuentos a tus hijas' no ha ido por ahí. Según la maternidad ha ido tomando más espacio físico y ha requerido más tiempo, dedicación, creatividad y atención, la creación personal se ha vuelto más recelosa y huraña, más personal. Creo que ha sido por propia supervivencia, por la necesidad de hablar de otras cosas que no sean las que llenan mis días, esos ya los vivo, disfruto y a veces sufro, esos ya los lleno de esa otra creatividad y espontaneidad que hace falta para criar. Pero necesito ese espacio irreal que solo entiendo yo, que solo me pertenece a mi. Pero sería falso el desvincularlo por completo de mis vivencias como madre, porque aunque lo que pinto, el imaginario que viene de mi, no tiene que ver con la maternidad, esta está ligada a todo lo que creo, ese espacio cetrrado es una consecuencia de ella."

"Mi arte y mi trayectoria vital y profesional ha cambiado drásticamente con la maternidad. Me ha dado unas gafas nuevas  con las que mirar el mundo y me ha dado un foco muy claro sobre mi misión. Me ha hecho comprender de una manera vivencial el inmenso poder que tenemos las mujeres, las que parimos. Con dolor y perplejidad  he entendido como de aberrante es nuestra cultura de parto. Estoy convencida de que lo que ha llevado a esta situación no es más que el miedo patriarcal al poder de la mujer. Me ha hecho entender que la imagen colectiva que se tiene de la madre representa solo una parte de los arquetipos femeninos. La calidez, el dar, los cuidados, la gestación, la vida...es solo una parte de la energía femenina, esa  parte preciosa,  que también nos hace fácilmente manipulables. Mi parto me permitió conectar con la otra cara de la energía femenina, esa energía más salvaje que habita en el caos y que igual que da la vida, puede destruir. Y es necesario que destruya para poder dar vida. Parir abrió una puerta a un nuevo mundo y una nueva visión de lo que significa para mí ser mujer y es esta la energía que intento representar en mis proyectos y en mi arte."

Susana García Florez, poetísa ▼Barcelona, España

“Antes de ser madre mi escritura era melaza densa.

Mi centro en cualquier órbita.

Mi tiempo infinito y perezoso.

 

La maternidad me metió en una centrifugadora existencial.

 

Di mil vueltas y me volví agua, vapor fino...

 

Salió una nube negra.

 

Lloví durante meses hasta llenar un cauce y volverme río dejándome fluir.

 

He ganado en esencia, condensación , ligereza y profundidad.

 

Mi centro claro, mi meta, desembocar en la grandeza de ser MA(r)MA.”