Amamantar, la teta, lo político, lo censurado.
Artistas en todo el mundo han usado su arte como herramienta para reivindicar situaciones ridículas en las que las obligaban a ocultar su pecho lleno de leche, a alimentar a sus bebés tapándose con un trapo o esconderse en un baño....
Otras son incapaces de explicar la maravilla que ha significado para ellas y a otras se les ha mutilado el derecho a hacerlo.
Pero la experiencia de amamantar va mucho más allá, está fuera de cualquier esquema que nos puedan ensenar. Amamantar puede que sea uno de los actos más naturales de nuestra especie y una experiencia unicamente de mujer.
¿Habéis creado/escritoa partir de la experiencia de amamantar?
“Gracias pecho mio por permitirme llegar con ella tan lejos...Bahía 2 meses.
Prueba de sonido”
@eliamervi
Dos lunas de leche
Dos últimas gotas
Ella corre y no se aferra más a mis caderas
No se cuelga más de mi pecho
La leche dulce cambia de gusto
Ahora me seco, lloro y todo sigue
Ahora corro a su lado.
"Sabía que era mi última leche, empecé el cuaderno cuando fui consciente de que este proceso de destete iba a ser más largo.
Intentar forzarlo al principio fue un error...
El arte y la expresión creativa de nuevo como herramientas de los procesos vitales.
Releer las líneas y palabras crispadas que dibujaba en el cuaderno hicieron que me diera cuenta de que debía ir más despacio, debía darnos más tiempo, a ella y a mi, para asumir este desligamiento. No me valía ninguno de los consejos rancios de las personas de mi entorno, ni siquiera la experiencia de mi primer destete, ahora estábamos nosotras dos solas, con el cuaderno, aprendiendo a perder esa intimidad, a agotar poco a poco el hilo de leche que nos había unido desde el primer minuto de vida y durante cuatro años...
Sé que muchas me comprenderán cuando hable del calambre de rechazo que un día te atraviesa cuando el amamantamiento está acabando, y al mismo tiempo el sentir una profunda tristeza al comprender que tu cuerpo no alimentará más, que tu cachorro se aleja, como debe ser.
Son meses de ambivalencia, de subidas y bajadas, de razonar, explicar y encontrar nuevas “tetas” a la hora de la siesta, de la noche, de los momentos de mimos y de miedo.
Y la noche que ella no te dice "mama teta" es cuando todo se cierra, ha pasado. Puedes llorar porque sabes que no habrá más de esa maravilla de ser el hogar y alimento de tu bebé. En ese momento recuperas tu cuerpo y ella obtiene la autonomía del suyo, ocurre una magia extraña para las dos, de repente hay dos caminos paralelos, el fin de una etapa.
Y yo pensaba en una osa con sus oseznos en el momento en el que ellos están más interesados en los misterios del bosque que en la seguridad de su madre. Ella lo sabe.
Nunca la llegaré a entender la magia del amamantamiento. Los matices inexplicables y naturales que ocurren en el cuerpo de la mujer y el bebé son uno de los secretos más maravillosos de la vida."
“Entrelazados
Te amamanté
al tercer día
entre incubadoras
y máquinas
con sonidos
metálicos.
Sin embargo,
en ese instante
estábamos
en un mundo
solo nuestro.
De arrullo
y calidez.
La leche fluía
amable
por mis pechos
hacia tu boca
presta a sorberla.
Sentía el recorrido
vital.
Nuestras miradas
entrelazadas,
tu manito agarrando
mi pulgar
y la sonrisa satisfecha
que se dibujó en tu rostro…
Y la que yo percibía
tenía dibujada en el mío.
¡Qué don el tuyo!
Hacerme sonreír por
tu sola existencia.”