Dana Jasovich

A Dana la descubrimos con su serie La casa caja, en esa etapa de confinamientos, confusión y brechas de espacio-tiempo, en la que todas no veíamos un poco, o bastante, como una mujer-casa. Sentimos rápido su sensibilidad.

Dana Jasovich (Argentina) es grabista, ilustradora y coordinadora de talleres de arte y experimentación en centros culturales, escuelas y museos, principalmete de Barcelona, donde reside.

Ha sido colaboradora varias veces en El Espectro y por supuesto estabamos deseando leer sus respuetas a las preguntas de rigor sobre la maternidad y la creación.

 

 

¿Qué es el arte para ti?

 

El arte para mi es comunicación. Cuando se expresa algo desde la experiencia personal y otras personas lo pueden ver/descubrir y reinterpretar. Para mi en el arte no sirven los análisis, sino la magia que se produce entre la obra y el espectador.

 

 

 

 ¿En qué momento de tu carrera como ilustradora fuiste madre?

 

En mi caso, primero fui mama, y después ilustradora. Estudié Artes Visuales en la Universidad de Córdoba, en Argentina. Me licencié en Grabado y por más que sabía que no podía hacer otra cosa más que arte, nunca me cerró la idea de crear sin un objetivo más que el de hacer algo lindo para mirar o exponer. Fue a raíz de mi primer embarazo, que comencé a especializarme en ilustración. Descubrí la ilustración como una profesión en la que podía trabajar y dibujar con una intención, desde un lugar y con un objetivo más accesible y corriente que el arte de los museos y el que aprendimos en la universidad, casi intangible, para entendidos.

Aparte, como dije, una de las cosas que más me interesa de crear imágenes es el hecho de comunicar, de decir, de contar, pero siempre a través de la sinceridad de la propia vivencia.

 

 

 

¿Tu forma de crear cambió después de conocer la maternidad?

¿Crees que las artistas que son madres tienen un filtro diferente a la hora de contar y crear historias?

 

Cambió completamente. Justo cuando menos tiempo tenia, la creatividad se transformó en algo incontrolable y mucho mas fuerte, con mas vida. Y si, el filtro es otro, es ver la vida desde otro lugar, es a mi modo de ver más sincero, mas crudo, más ligado a la cotidianeidad, pero a la vez con ese toque de surrealismo con el que la infancia pinta todo.

 

 

 

¿Cómo influye tu hijo en tu trabajo y tu forma de crear?

 

Influyen hasta en la perspectiva. De repente las cosas tienen infinitos puntos de vista, o miradas que jamás se me hubieran ocurrido o quizás nunca me hubiera animado a contemplar.

 

 

 

¿Y tu creación y tu crianza?

 

La creación en la crianza me ayuda a sobrevivir, a seguir, a comprender. Es un cable a tierra para poder aclarar mi cabeza y avanzar. De hecho, si no dibujo por mucho tiempo, siento que me seco, que desaparezco. Aunque por momentos sólo pueda dibujar de noche, en la cama, aunque ataje caminos y a veces no tenga tiempo ni de bocetar, ni de dudar, aunque no llegue nunca a hacer todo lo que imagino…

 

 

 

Háblanos de los proyectos que están directamente ligados a tu

maternidad.

 

Pasillo.

En casa tenemos un largo pasillo. En el confinamiento se transformó en una calle, y en varias cosas más. De repente éramos osos, teníamos un gato, y cosas así. Yo se lo contaba a mi mamá, ella escribió un texto, y luego comencé a dibujar.

 

La casa caja/ Paseos de confinamiento.

Cuando comencé a dibujar, los primeros dibujos que pude hacer recién al final del confinamiento, Malena se sentó a mi lado a mirar, y me dijo: Mamá, esta es La Casa Caja, escribílo al lado así no te olvidás.

 

Salvajes/ El camino a la escuela (proyectos).

A veces el día parece surrealista. A veces siento que somos un poco animales salvajes, y en vez de en la selva, vivimos en la ciudad.

 

Soy un pulpo.

Mi hermana les decía siempre a mis sobrinos cuando le pedían insistentemente cosas (y a mí me hacia mucha gracia): ¡No soy un Pulpo! Me acordé mucho de esta frase en mi propia maternidad porque supe exactamente como se sentía.

 

Mamá, mamá, mamá.

Ilustración para un cuento sobre maternidad de Ana Islas.

 

Libretas: ya sean mías (como esta) o de Malena, siempre terminamos dibujando juntas e interviniendo una la de la otra… y ahora se suma también Mateo.

 

Si bien entienden y respetan mucho mis trabajos, una vez Malena dibujó sobre un collage en el que trabajaba, que estaba pegado en la pared: A modo de sorpresa, alegró lo que yo misma comenté que se veía un poco triste.

 

 

 

¿Hay lugar en arte para hablar de la maternidad?

 

Si, un espacio infinito, libre y muy personal. Y después te das cuenta de que lo que dices no solo te pasa a ti. Al hablar sin palabras dejas espacio a otras interpretaciones, a que cada una pueda sentirse identificada de una manera diferente según sus propias vivencias. Esto es magia para mi, y es lo que más me gusta del acto de comunicar, o a lo que aspiro… y es lo que siento cuando miro obras de otras artistas. Me interesa más lo que dice una imagen, que las cosas bonitas porque sí.

 

 

 

¿Ves luz al final del túnel de la conciliación entre la Artista y la Madre?

 

La misma maternidad exige muchísima creatividad. Creo que van unidas o al revés, a veces pienso que cuando tenga más tiempo, quizás no sepa aprovecharlo con la misma intensidad. Con mucha luz, puede que el rojo se vuelva rosa...

 

 

 

¿Qué es para ti lo mejor y lo peor de la maternidad?

 

Diría que es todo lo mejor y todo lo peor. Es esa intensidad que nombré antes. Una montaña rusa. Pasas de llorar desconsolada a reír sin parar. Hay situaciones que de dramáticas terminan siendo hasta graciosas. Pero la maternidad no es solo mirar hacia abajo, sino también hacia arriba. Es reencontrarme con mi mamá de otra manera, es encontrar su mirada y entender que eso es normal y también va a pasar... que todo necesita tiempo. Además, mi mamá también es artista, es escritora. Entonces con ella nos complementamos, nos retroalimentamos y nos comunicamos también gracias al arte.

 

 

ELIA MERVI

DANA JASOVICH

MAYO 2022