OCTUBRE

Aborto espontáneo, muerte fetal...una de las caras más duras de la maternidad que muchas mujeres viven a diario, practicamente en la sombra.

También una de las caras que pueden llevar a la artista por el camino de la creación, debido a la tremenda necesidad de contar, sacar, curar y transformar...

 

¿Habéis vivido la pérdida gestacional? ¿Cómo se ha filtrado en vuestra creación/arte/expresión creativa?

 

«Diario. Marzo 2017. Tardo más de lo habitual en reaccionar y siento como si tuviera que protegerme de todo encerrada en un cuerpo de embarazada que no contiene embrión.»

 

 

«A mi roedores no me ha curado, me ha curado el después, me ha curado buscar en la pintura lo que había sucedido. Hay cosas que no podemos nombrar con el léxico pero sí podemos nombrar con la imagen, y yo me obsesioné pintando embriones, pintando, dibujando, grabando... Los llevaba a distintos lugares. Pero fue al llegar a la algrafía, una técnica que se trabaja sobre planchas de aluminio granulado, polvo de toner y alcohol, y en la que la propia mancha en el momento de ponerla se deforma, fue entonces cuando entendí que no podía seguir pintando embriones sanos que iban a nacer, porque mi dolor con eso no iba a desaparecer, me tenía que enfrentar realmente a la malformación.

Fue esta técnica y el azar el que me llevó a la cura y no solo a la cura, me llevó al lugar en el que entiendo finalmente qué es pintar, en el que entiendo finalmente lo importante del proceso, entiendo que como autora no debo intentar estar en la obra, si no que lo importante es la obra, y que suceda lo que suceda esta contenga todo aquello que quieras comunicar.

 

Por supuesto hay otras artistas y escritoras que han hablado sobre este tema, muchas de las pocas mujeres que pudieron escribir escribieron sobre el tema, pero es el propio sistema el que evita que estas historias nos lleguen»

 

 

 

Hermana,

 

Imaginar tu dolor no puedo,

 

Pero si lo compartes, lo haremos NUESTRO.

 

Lloraré tus lágrimas sosteniendo tu anhelo incierto,

 

Sostendré tu corazón en este momento de duelo.

 

 

Ana Álvarez-Errecalde, fotógrafa

«Asentir hace referencia a una pérdida gestacional tardía que tuve en el 2007 y corresponde a la primavera (estación en la que ocurrió la muerte de ese bebé a las 20 semanas de embarazo).

Aunque al confirmar la falta de latido los protocolos hospitalarios sugirieron legrado, decidí parir también a ese bebé en casa, provocando el parto con acupuntura y hierbas.

El 2007 fue un año muy doloroso. Al mes de esta pérdida murió una de mis hermanas, la más cercana en edad, referente de maternidad, mi confidente.

Asentir a los ciclos de la vida-muerte-vida es un trabajo diario, un voto de amor incondicional, un voto de libertad y de respeto hacia el destino/camino de quienes amamos.

 

Esta fotografía tiene para mí muchas lecturas: hay algo sagrado (y sangrado) en esa presencia que asiente a lo que ES desde la humildad de ser parte de un todo, sin llegar a vislumbrar el TODO...

Hay algo muy grande en lo pequeño, hay frutos en las flores, hay árboles y sustento en los frutos, hay vida en esa sangre que vuelve a la Pacha Mama para Nutrir a los que vendrán y para Honrar a los que se fueron.

 

Asentir, a mí, no me es fácil. Fácil me es luchar, revelarme, opinar, decidir, demostrar, buscar alternativas, encontrar mi manera... Asentir es un trabajo de humildad que me toca hacer a diario... es mi primer trabajo del día y a veces toca repetirlo varias veces. Asentir, me cuesta. Es la contemplación, el silencio, el acoger con respeto todo lo que venga... Asentir, también da flores y frutos, y amor y libertad. Asentir nos da exactamente aquello que nos exige...»

 

Marina Gibert, ilustradora

«Hace seis meses que me partí en pedazos en esa sala fría y oscura de ecografías, sin nadie a quien abrazar y sintiendo que un vacío inimaginable se apoderaba de mi y me dejaba confusa, enfadada, triste. Me estaba preparando para la vida y se presento la muerte. Me vi envuelta en un dolor inmenso. Soportando miradas de pena y palabras de “consuelo” que no lograban su propósito. "Eso es que no tenia que ser", "No era el momento", “¡Eres joven, ya tendrás otro!"

Pase una semana con mi embrión muerto dentro de mi. Solo quería que todo acabara, y al mismo tiempo que no acabara nunca. No quería retenerlo allí, tampoco que me lo sacaran... Mi cuerpo seguía sintiéndose muy embarazado.

Estuve días enteros en reposo sin hacer nada mas que dejar que la sangre y las lagrimas salieran, llevándose todo lo que habíamos creado. Despidiéndonos del amor, los sueños y las preocupaciones de los primerizos. Sin saber muy bien como volveríamos a reconstruirnos. Las ropitas diminutas que colgaban del balcón de lxs vecinxs eran banderas de una conquista que no era la nuestra.

 

Poco a poco me fui reconstruyendo. Hay días que aún me duele, otros parece que eso nunca me paso a mi.

La ilustración volvió a ser uno de mis puntos centrales. Pero empezar a crear no era así tan fácil. Concentrarme era un desafío, y mi subsuelo no estaba fértil. Ese paisaje interno se había quedado mucho tiempo sin regar. Por suerte algunos arboles eran de hoja perenne, los demás, necesitaron tiempo y cuidado para volver a brotar. Paso a paso encontré el camino de vuelta a ese universo al que me siento conectada. A reencontrar la ilusión de ser parte latente de proyectos a los que doy vida (y me dan vida).

 

Aprendí que creatividad y productividad eran caminos distintos que no

siempre se encuentran. Que crear es un proceso orgánico, y sanar

también.»

Indiana, ilustradora

»A finales de agosto, a las 7 semanas y media de mi tercer embarazo, una ecografía detectó que mi hije posiblemente había dejado de crecer una semana antes. Mi cuerpo ni siquiera se percató. Seguí teniendo náuseas mientras mis niveles de hCG no dejaban de aumentar. Esos 9 días de incertidumbre hasta que el diagnóstico se confirmó y aborté con misoprostol, fueron una auténtica pesadilla.

 

El tiempo ayuda a sobrellevar el duelo, pero ese pequeño o gran vacío, dependiendo del momento, siempre me acompaña.»

 

Irene Vidal

HISTORIA DEL ÚTERO

                       útero

 

1. m. Órgano muscular hueco de las hembras de los mamíferos, situado en el interior e la pelvis,

donde se produce la hemorragia menstrual y se desarrolla el feto hasta el parto.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Yo antes no sabía que tenía útero

(bueno, quizá lo estudié

en clase de naturales,

pero el cuerpo humano

me daba bastante pavor

e intentaba no fijarme

en los dibujos);

no sabía dónde estaba el útero

ni lo había visto nunca.

Ahora no solo sé que lo tengo,

sino que además lo he visto

en varias ecografías,

sino que además se me ha hecho grande

y ha albergado un bebé

y luego tuvo que hacerse pequeño otra vez

y yo me lo masajeaba para que bajara

como me dijo la ginecóloga

(odioso posparto),

sino que además luego volvió a hacerse grande

pero no albergaba nada

(huevo huero),

y entonces tuvieron que raspármelo desde dentro

(un legrado, lo llaman)

para sacar lo que no llegó a albergar vida,

y ahora lo noto,

dentro de mí,

mi útero

que ahora es solo mío

y quizá algún día vuelva a acoger a otro ser.

Yo no sabía que el útero

algún día sería tan

importante,

el centro de mi ser,

que habría vivido tantas cosas;

yo no sabía que el cuerpo sería

mi memoria,

que explicaría mi vida de manera

tan ajustada.

 

Todo lo importante está dentro

y bombea

o es hueco:

útero, vagina, corazón

Me pregunto qué cosas más que no sabemos

veremos algún día,

qué otros órganos nos dolerán,

qué otros órganos conoceremos

y contarán nuestra historia.

Gracias, útero mío,

por haber aguantado tan bien,

por seguir aquí,

por haber continuado la cadena

que conecta a mi abuela con mi madre

y a mi madre conmigo,

mamífera con mamífera con mamífera.

Gracias, útero mío,

por haberme mostrado

qué era la vida

acogiéndola y no,

estando limpio

y luego sucio,

lleno de sangre y placenta y bebé,

y limpio otra vez a base de sangrar

días y días y días

y luego sucio otra vez,

lleno de células muertas

y luego raspado

y limpio otra vez.

Gracias, útero mío,

por sostenerme desde el centro,

por ser mi historia.

 

Stéphanie Cadel, música y cantante

«La maternidad (y el contexto en el que viví esta maternidad) hizó tambalear mis pilares.

Cambió quién soy yo y por supuesto fue un torbellino en mis procesos creativos. Me hizó pasar por momentos muy duros cuando llegué a pensar en nunca volvería a crear. Pensé que mi vida artística había sido un momento concreto que se había acabado. Por muy extraño que sea, ha sido mi segunda maternidad que me dió el impulso y las fuerzas de volver a creer en mi.

 

Trabajo ahora en el desarollo de m.a.t.e.r, un proyecto multidisciplinar de co-creación que quiere retratar la relación ambigua de la(s) maternidad(es) y las mujeres.  Invita a artistas plasticas y musica a co-crear obras que visibilizan vivencias aleredor de sta tematica.

La primera obra que se ha publicado de este proyecto justamente retrata una vivencia relacionada con la no-maternidad. Una no-maternidad, una perdida gestacional, que tiene además el peso de la decisión conciente de interumpirla.»

 

T'ES PRESQUE LÀ

 

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque… T’es plus là

 

Pas le temps de te connaître

À peine de t’imaginer

Pas le temps de te voir naître

Mais trop pour te sentir bouger

 

Pas le temps, dans mes bras

Contre ma peau, ta chaleur

Pas le temps sous nos draps

M’enivrer de ton odeur

 

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque… T’es plus là

 

Pas le temps d’fermer les yeux

Sans te penser, te bercer

Pas le temps sans suffoquer

Mon corps, lui, s’est récupéré

 

Trop de temps pour regarder

Ce ventre qui resterait rond

Trop de temps resté figée rivée sur cette décision

 

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque là

T’es là, t’es presque… T’es plus là

 

Trop de temps à ne pas parler

Soit-disant pour se protéger

Trop de temps sans partager

Ce qui de nous reste caché

 

Assez de temps, toi et moi

Le lien crée dans la douleur

Assez de temps toi dans moi

Tu laisses ta trace à l’intérieur

ESTÁS CASI AQUÍ

 

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi… Ya no estás

 

Sin tiempo para conocerte

Apenas para imaginarte

Sin tiempo para verte nacer

Pero demasiado para sentirte mover

 

Sin tiempo, en mis brazos

Contra mi piel, tu calor

Sin tiempo bajo las sábanas

Perderme en tu olor

 

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi… Ya no estás

 

Sin tiempo de cerrar los ojos

Sin pensarte, mecerte

Sin tiempo sin sofocar

Mi cuerpo, él, se recuperó

 

Demasiado tiempo para mirar

Ese vientre que se hacía redondo

Demasiado tiempo, me quedé fijada

Sobre esta decisión

 

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi aquí

Estás aquí, estás casi… Ya no estás

 

Demasiado tiempo sin hablar

Supuestamente para protegerse

Demasiado tiempo sin compartir

Lo que de nosotros se queda escondido

 

Suficientemente tiempo, tú y yo

Un lazo creado en el dolor

Suficientemente tiempo tú dentro de mí

Dejas tu huella dentro

 

Dana Jasovich, grabista e ilustradora
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Mujer piñata, ilustradora Victoria Viola, cofundadora del podcast Comadre

«Hoy parí a mi segundo hijo. Muchos meses antes de lo previsto. Cuatro días me dio para prepararme para su partida. Cuatro días de pastillas, botellas de agua, moxas, bolsa térmica, series olvidables, amor virtual, colitas de pelo, pijamas mojados, bombachas de sangrado libre inundadas, órdenes médicas, visitas a la guardia, ecografías de suspenso, tactos del terror, progesterona, abrazos de Floro semi violentos, lamentos en el hombro de Fran, quejidos de diva, tartas de mamá, llamados de papá, llantitos de niña, cuelgues en la ventana.

 

Se fue.

 

Su hermano le puso Girasol, nosotros teníamos otro nombre más pomposo.

Me lo guardo. Me gusta la simpleza del Girasol.

A Girasol le pintó caer, no lo buscamos. Vio luz y entró. A ver, el deseo concreto y en mayúscula de Floro no estaba, el tipo se hizo espacio. Se hizo cuerpo. Se hizo panza. El deseo vino después que él. Ergo, me enseñó (más) sobre el deseo. Me pesa, me pesa no haberlo deseado y que se haya ido.

Me enseñó de control, de sexualidad preñada, de límites, de ganas, de entrega, de prioridades, de humildad, de espera. También de siestas apuradas, de jugo de arándano, de caramelos de jengibre, de vómitos en canteros e ira relajada.

 

Se fue.

 

Le hicimos ritual. Floro eligió crisantemos porque no había girasoles. Son amarillos, valen igual. Ofició la ceremonia. Armó la maceta, dijo palabras, prendió la vela. Buen viaje, Girasol, dijimos.

 

Se fue.

 

¡Y a quién vamos a mentirle, no se fue nada, se queda para siempre!

Escribo esto, me río y lloro, lo juro. La maternidad se va al carajo de enigma. De guerra y amor. La elijo hoy y mil vidas. Le hago un podcast y un pedestal antihegemónico.»

 

Ángela Álvarez Sáez, poeta
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Alma María, arteterapeuta

UN RITO DE PASO PARA IR CERRANDO LA NO-MATERNIDAD

 

El proyecto-performance de Alma María parte del duelo perinatal y hace un profundo y personal recorrido por la importancia de los rituales de despedida y momentos de transición. Comenzando por una pregunta, ¿cómo puede ser que haya un duelo sin rito de paso? ¿cómo enterrar lo que debía haber llegado con fuerza de vida nueva?

 

«Se puede parir la muerte. O no parir.Y hay un duelo sin condolencias, ni luto, ni rito de paso.Y hay mucho vacío entonces, si llega la muerte.»«En castellano, hay palabras para nombrar a las personas que sobreviven la pérdida de un padre/madre ( huérfanx ), pareja ( viudx ). Pero no se nombra la condición de quienes sobreviven y conviven con la falta de un hijx. No hay palabras. No sé si por lo innombrable del dolor. O por lo antinatural. O por lo tabú.»

 

Alma, comparte una primera reflexión sobre el duelo perinatal y cómo se vive de forma invisible y torpe en la sociedad. Después nos comparte el diario de campo del proyecto y su ejecución: un taller-ritual de despedida para 6 mujeres que han pasado duelos perinatales también.

 

Se sirve de la perspectiva creadora para buscar símbolos y lugares para crear su ritual de despedida.

 

«tengo las manos pegajosas de haber recogido dos higos. sueltan leche. están prietos. y fuera de temporada. la sangre es roja, el semen es blanco. saco frutos, flores, palitos, piñas de la gran ensaladera andaluza. los extiendo sobre una puerta pintada de azul. los vuelvo a meter. cambio cosas de sitio en el proceso creativo. subo y bajo de la montaña. estoy inquieta.me agacho a recoger más ramitas, hojas, piedras y guardarlas en la bolsa de tela blanca. la performatividad de buscar sitio donde enterrar y también elementos para simbolizar esa pérdida. subo y bajo de la montaña. tengo las manos pegajosas.»

 

Os compartimos aquí las dos partes del proyecto:

 

1. REFLEXIÓN SOBRE PÉRDIDA GESTACIONAL

 

2. DIARIO DEL PROCESO CREATIVO

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Una publicación compartida de Marina Ojeda Terapeuta y Artista (@lacasamovil_arte_arteterapia)